17 abril 2012

Las estrategias del enemigo



“…para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros;
pues no ignoramos sus maquinaciones”, 2° Cor. 2:11

Necesitamos conocer las estrategias y maquinaciones del enemigo para que no seamos sorprendidos. Recordemos que él busca devorarnos y para ello traza planes (1ª Pedro 5:8). En Juan 10:10 vemos el plan de destrucción del enemigo: hurtar, matar y destruir.
En el libro de los Jueces 18:1–10, Dios había ordenado a los israelitas que tomaran la ciudad de Lais, pero estaban confiados en ellos mismos. Aquí vemos las razones por las que nos convertimos en blanco del enemigo:

1- Bajar la guardia: no hacían nada para guardar la ciudad. Bajamos la guardia cuando nos volvemos ociosos, confiamos en nosotros mismos, ya no oramos como antes, no leemos la Biblia ni la escudriñamos, no ayunamos.

2- No sospechar absolutamente nada: vivían como si nunca nadie les haría daño. El enemigo SIEMPRE está trazando un plan para destruirnos. ¿Qué estaban haciendo los hijos de Job cuando el enemigo los sorprendió? (Job 1:13 – 19), estaban comiendo y bebiendo vino. Es importante vivir a la expectativa para levantar el escudo de la fe y apagar los dardos de fuego del maligno (Is. 62:6).

3- No estar sometidos a ninguna autoridad: no había gobernantes que les dirigieran, no había rey. Muchos hoy en día no se quieren sujetar a nadie, quieren vivir como se les antoje; (Heb. 13:7 y 17), es maravilloso saber que alguien nos cubre.

4- No tener relaciones personales con otros: aislados de otros cristianos nos convertimos en blanco para el enemigo. El más fuerte debe ayudar al más débil; los llaneros solitarios no funcionan. Al no desarrollar relaciones con otros, no tendremos apoyo cuando lo necesitemos: “dos son mejor que uno”.

Recordemos que en el mismo verso 10 donde se mencionan las estrategias del enemigo, el Señor nos dice que Él ha venido para que tengamos vida, y para que la tengamos en abundancia.

¡Estemos alertas!