07 septiembre 2012

¿Cómo entiendo que soy importante?




Se define a la Autoestima como el aprecio que te tienes, que tanto te valoras, si te crees importante o no. En mi trabajo como Psicóloga puedo darme cuenta que uno de los grandes problemas que enfrentan las personas son que no se aman a si mismas, no han entendido el valor que tienen. Como consecuencia esto hace que haya personas desanimadas, deprimidas, que “creen” que no se les va a valorar o no van a lograr cumplir sus sueños.

¿Cómo podemos entonces entender esto? Esto tiene un origen en la infancia donde se construye gran parte de la personalidad de una persona. ¿Qué tipo de mensajes recibiste de niño? Tal vez fueron palabras motivantes o palabras donde te decían que no eras importante, que no lograrías nada, que todos eran mejores que tu. Si analizas esto, las personas que te lo decían tal vez no sabían la consecuencia que tendrían sus palabras, tal vez tampoco habían sanado áreas que debían sanar, pero en ti se quedaron esos pensamientos que a veces se te dificulta cambiar.Es necesario reconocer que todas esas cosas que te dijeron son ¡Mentiras!

¡Y conocerás la verdad y la verdad os hará libres! Juan 8:42

¿Cuál es la verdad entonces? Que Dios te ama, que para el tienes un valor incalculable tanto fue así que mando a morir a su hijo para que tu amado lector comprendieras que El Te ama, tal cual eres, por eso debes caminar con la frente en alto, parando esos pensamientos que quieran llegar a tu mente a robarte la paz. Cuando puedas hacer esto, te valoras, reconoces que a pesar de tener defectos eso no te quita el valor que tienes, te respetas y esto hace que los demás también te valoren y respeten; recuerda el respeto que te den es el respeto que te tienes a ti mismo. Dios te ama y no hay nada que puedas hacer para que deje de hacerlo, ni tus acciones, ni tus pensamientos negativos lo lograrán.

*Piedra viva desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios ESCOGIDA Y PRECIOSA* 1 Pedro 2:4

Autora: Julia Bonillo

¿Cuál es su verdadero propósito?


Las personas 
con un sentido equivocado de dirección
 se preguntan a menudo 
por qué se sienten insatisfechas.

(1 Sam 16.6-13) ¿Para qué cosas vive usted cada día? ¿Para tener un aumento de sueldo? ¿Una jubilación? Entonces, quizás ha descubierto la realidad de que, basar las aspiraciones en abrirse camino en este mundo, termina normalmente en frustración.

Las personas con un sentido equivocado de dirección se preguntan a menudo por qué se sienten insatisfechas.

Tal vez usted ya logró ahorrar para el futuro o ascender en el mundo laboral. Da a una institución benéfica, y hace trabajo voluntario, pero sigue teniendo una sensación de intrascendencia. Si es así, necesita recordar que Dios nos da la vida por una razón muy específica: para que le sirvamos. Nadie encuentra paz interior si no acepta este hecho.

Nuestra sociedad nos enseña que el placer, la prosperidad y la popularidad nos harán felices; pero vivir al servicio del ego siempre deja un vacío que ninguna gratificación terrenal puede llenar.

Además, pocos vivirán 100 años. Por tanto, lo que vamos a ser en esta vida, ya lo estamos siendo en este mismo momento. Pensemos en David quien fue ungido rey mucho antes de asumir realmente ese rol (1 S 16.12). Pasó muchos años cumpliendo el propósito de Dios en posiciones insignificantes mientras se convertía en un gran hombre. Como lo demuestra su historia, descubrir el propósito de Dios para la vida, es el camino más seguro al éxito.

El propósito de nuestro Padre celestial para nuestras vidas es perfecto. Ninguno de nosotros puede predecir las cosas maravillosas que Él nos tiene reservadas, pero podemos confiar en su plan por completo. Ríndase a Él hoy, y diga: "No se haga mi voluntad, Señor, sino la tuya".

¿Qué puede hacer usted para Dios? (Mt. 6.20-21)

Muchas veces exaltamos el servir a Dios hasta el punto de que pasamos por alto la oportunidad de tener un impacto real para Él. Pero la verdad es que servir a Dios involucra usualmente lo que sucede en nuestra vida cotidiana.
Recuerdo a mi primera maestra de la escuela bíblica dominical, la señora Eva Crane, sonriéndome y dando caramelos a la clase. Su afable espíritu creó en mí la convicción de que la iglesia era un buen lugar; ella me hizo querer estar en la casa de Dios. Después de 70 años, todavía recuerdo su sonrisa. Ella cumplía el propósito de Dios.

Otro ejemplo es mi abuelo. Aunque no podía pasar mucho tiempo con él, recuerdo claramente la visita de una semana que le hice en una oportunidad. Me escuchó y compartió conmigo lo que estaba pasando en su vida. Durante ese tiempo, me dio varios principios que han influenciado toda mi vida. Las lecciones que él me enseñó afloran en casi todos los sermones que escribo.

No subestime lo que el Señor está haciendo en su vida. Tal vez no piense que es importante, pero sí lo es. Lo que usted le dice a la gente, su forma de tratar a los demás, su manera de reaccionar ante la adversidad —Dios usa estas cosas para revelarse al mundo. Cuando usted defiende la rectitud y se niega a ser complaciente, está dando testimonio de Él.

¿Cómo está cumpliendo Dios su propósito por medio de la vida de usted? Antes de empezar su día, haga una oración como esta: "Señor, quiero hacer tu voluntad. Cumple tu voluntad en mí, cueste lo que cueste". No dude que al hacerlo, Dios le bendecirá inmensamente.

David: Un siervo ejemplar

(2 Sam. 8.1-16) David sirvió a Dios en muchos roles, desde un sencillo pastor de ovejas, hasta un valeroso gobernante. Al observar las distintas etapas de su vida, podemos ver claramente cómo su piadosa devoción permitió que el Señor lo usara poderosamente.

Pastor. David fue ungido rey mucho antes de dirigir algo que no fueran ovejas (1 S 16.1-13.). Proteger las ovejas era un trabajo que tomaba en serio. Durante ese tiempo, aprendió a ser fuerte y valiente, y a cuidar de seres más débiles que él. Una vida temprana de obediencia a su padre terrenal le enseñó la humildad que necesitaría más tarde para depender de Dios.

Salmista. Los escritos de David revelan su hambre de Dios. Está abierto a temas como el temor, la depresión, la derrota, la soledad y la tristeza. Al hablar de sus valles de sombras, y de su comunión con el Padre celestial en las vigilias de la noche, David nos dio atisbos íntimos del Dios que él conocía tan bien.

Comandante. A partir de su relación sexual con Betsabé, la vida del rey estuvo plagada de congoja, dolor, sufrimiento y conflictos. David había pecado enormemente, pero Dios lo perdonó y siguió usándolo.

Gobernó Israel durante 40 años, y su pueblo llamó a Jerusalén la "Ciudad de David". Su restauración nos instruye en cuanto a las consecuencias del pecado y a la gracia infinita de Dios.a vida del rey David cumplió el propósito de Dios, y lo sigue haciendo cientos de años más tarde; cada seguidor de Cristo ha sido bendecido por la obediencia, el servicio y las dotes literarias de David. Él es un gran ejemplo de lo que Dios puede hacer por medio de nosotros si rendimos nuestra vida a Él.

Por Charles Stanley.