09 mayo 2012

Orando por nosotras...y si hacemos unos cambios en nuestro interior??

Dios intercede en nuestra vida en el momento justo...SIEMPRE...
Usa a cualquier persona para enseñarnos aquello en lo que debemos cambiar...
Como mujer tengo que, entre tantas cosas que mejorar para la gloria de Dios...controlar mis emociones frente a situaciones que no me agradan; lo que provoca lógicamente, momentos incómodos en el hogar...
Hace unos días el Señor me dio la Palabra: 


"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; 
no temas ni demayes, 
porque Jehová tu Dios estará contigo
 en dondequiera que vayas." 
Josué 1:9 

En un primer momento pensé que se trataba de que debía orar más, o buscarlo más de lo que lo estaba haciendo. 
Pero hoy en el trabajo...para mi sorpresa... conversando con una hermana en Cristo sobre la vida matrimonial, ella me entregó una artículo.


Al leerlo, grande fue mi sorpresa!...


Comprendí "Mira que te mando que te esfuerces..."


¿Cuántas veces nos cuesta darnos cuenta que con nuestras malas actitudes somos nosotras mismas las que provocamos situaciones conflictivas en el hogar? 


ES TAN DIFÍCIL ACEPTARLO ... Y CAMBIARLO...Mira que te mando que te esfuerces...


No sólo basta con que reconozcamos nuestro error, sino cambiar nuestros pensamientos y sentimientos...


...y eso...CUESTA...


...se necesita de poner VOLUNTAD Y ESFUERZO... ("...y que seas valiente...")


Comparto con ustedes el artículo, escrito por Vasthi R. Acosta (maestra y asistente del superintendente de la escuela dominical de su iglesia en Nueva York. Además predica en conferencias y retiros. Vasthi es la esposa de un juez en la Suprema Corte de Justicia de Nueva York y tiene dos hijos)


Confesiones de una mujer contenciosa


Iba en el carro con mi esposo en camino a encontrarnos con nuestra familia para almorzar con ellos. Mi esposo optó por cierta ruta al restaurante que, en mi opinión, nos tomaría más tiempo en llegar  a nuestro destino. Estábamos apurados, porque después del almuerzo teníamos que reunirnos con unos amigos. Yo iba sentada en el carro echando chispas. 'Después de haber andado por esa área por más de veinte años, ¿por qué insiste en tomar la misma ruta? ¿Acaso soy yo la única que piensa en esta casa?' No tardé mucho en enfrascarme en mí misma para alimentar una actitud de enojo por algo tan absurdo como la ruta para llegar a un restaurante.
Mientras tanto, mi esposo y mis hijos sabían que 'mami' estaba de humor de aquellos...Ni siquiera tenían idea de si ellos habían provocado mi actitud; solo sabían que necesitaban ser muy cuidadosos al respecto. Me acababa de convertir en 'una fastidiosa gotera', y mi familia estaba viviendo arrinconada en el patio.


"Mejor es vivir en un rincón del patio 
que con una mujer rencillosa en casa espaciosa."
Proverbios 21:9

"Mejor es morar en tierra desierta
que con la mujer rencillosa e iracunda."
Proverbios 21:19

"Dolor para su padre es el hijo necio,
y gotera continua las contiendas de la esposa."
Proverbios 19:13

Meditar en estas palabras me ofrecía una clara imagen de quién era yo. Presté atención a esos versículos y se agolparon en mi memoria escenas en el trabajo o en la casa en las que alguien alrededor de mí había susurrado: "Ella está de un humor...", y podía sentir que los demás hubieran preferido estar en cualquier otro lugar menos a mi lado. Mi familia y amigos frecuentemente caminaban de puntillas alrededor mío, siempre con temor de decir o a hacer algo que despertara mi mal genio.
El veredicto: Culpable. Era una mujer rencillosa y de temperamento débil. Incluso yo misma odiaba estar conmigo. Clamé, entonces: "Señor, ¿por qué soy así? Ayúdame. Cámbiame."
Dios me mostró tres problemas de mi persona con los cuales debía trabajar: ORGULLO, INSATISFACCIÓN Y BÚSQUEDA DE PLACER.

Orgullo

Proverbios 21:4 señala "Altivez de ojos, orgullo de corazón, y pensamiento de impíos, son pecado."
El orgullo vagaba por mi corazón con toda libertad y sin control alguno. Yo quería controlarlo todo. Pensé que yo sabía bien cual era la ruta que deberíamos tomar. Y mi afán por tener todo bajo control me llevó a creer que mi razonamiento siempre era más acertado que el de mi esposo. Este es un error muy común entre esposas, aun cuando nuestros esposos han mostrado ser hombres responsables, reflexivos ¿Por qué otra razón nos habríamos casado  con ellos? Y aún así decidimos pensar que nosotras lo sabemos todo.

Insatisfacción 

La insatisfacción es una actitud de la que debemos cuidarnos. Irrumpe en nuestros pensamientos sin previo aviso. Yo estaba descontenta con la ruta que él había elegido para llegar al restaurante. ¿Qué tan ridícula resulta esa actitud? Aun así, fue tan poderosa que arruinó la cita familiar que teníamos para comer.
Una mujer rencillosa que se refugia en el enojo nunca queda satisfecha. Quiere que su esposo le traiga flores. Un día él se las trae y ... 'Oh, pero no son rosas rojas'. Nunca es suficiente. Siempre se le antoja algo más. 
Pero la verdad es que "todo el día codicia, mientras el justo da y nada retiene" (Proverbios 21:26). ¿Por qué no dejamos de pensar en lo que podemos recibir en vez de enfocarnos en lo que podemos dar?

La búsqueda de placer

Proverbios 21:17 advierte: "El que ama los placeres empobrece. Y el que ama el vino y los perfumes no enriquece." Me encanta sentir placer. ¿A quién no? ¿Es esa la meta de tu vida? ¿Estás constantemente planeando y pensando en tus próximas vacaciones? ¿El placer  es tu enfoque? Y si no te dan lo que corazón quiere, ¡que el mundo se cuide!
No pudiste ver tu programa favorito de tele o no pudiste ir al gimnasio o tomar tu almuerzo. De inmediato asomas tu cara enojada y ya nadie puede soportar estar cerca de ti. ¡El mundo tiene la culpa!
Esta búsqueda de placer puede llevarnos a que nos convirtamos en lo que la Biblia llama un vago (Proverbios 21:25). Nos volveremos perezosas. No queremos limpiar, cocinar, enseñar, estudiar o asistir a la iglesia. Ansiamos solamente placer y convertirnos en perezosos con nuestras responsabilidades. Todos tenemos tareas que cumplir, que Dios nos ha dado en su perfecta sabiduría. Con un corazón abierto y agradecido debemos realizar el trabajo que él confía a diario en nuestras manos.

¿Qué es lo que debo hacer para librarme de esta mujer rencillosa?

Ya que me había dado cuenta de que era una mujer rencillosa y estos tres problemas estaban acabando con mi vida, decidí cambiar y convertirme en una mujer que complace a Dios. El Espíritu Santo me ayudó a enfocarme en la humildad, el contentamiento, y la confianza.

Humildad

"El orgullo acaba en fracaso, la honra comienza con la humildad" afirma Proverbios 18:12. "Riquezas, honra y vida, son la remuneración de la humildad y del respeto a Dios." (Proverbios 22:4)
Me cuesta ser  humildad. Es muy fácil creer que somos algo más de lo que en verdad somos. ¿Cómo podemos perseverar en ser humildes? Me di cuenta de que para ello me ayudaría elaborar una lista de lo que Dios me ha dado. Cuando veo la magnitud de los regalos que Dios me ha dado, me siento humilde. Puedes escribir una lista así sobre las personas que son clave en tu vida. Cuando veo las bendiciones que esta gente trae a mi persona, mi actitud cambia en un instante.

Contentamiento

Interpreto la satisfacción como conformarnos con lo que Dios nos ha dado. Nadie sabe cuál será su futuro. Por eso debemos dejar que Dios dirija nuestra vida (Proverbios 20:24). Si crees en su Palabra, ¿por qué tanto escándalo? Es tiempo de probar la Palabra de Dios. Deja de alarmarte y desear más, y empieza a darte cuenta de lo que sí tienes.
Quédate quieta  y date cuenta de que tu vida está en las manos de Dios, y regocíjate. Regocíjate en lo que Él te ha dado. Regocíjate por el lugar en el que estás. Regocíjate si cuentas con una familia que te ama -a pesar de que los tienes viviendo arrinconados en el patio. Regocíjate si tienes vida. Regocíjate en el Dios maravilloso al que sirves. Regocíjate en la tarea que te ha dado -es un privilegio.
¿Eres una mujer rencillosa?
¿Estás contenta?, ¿o quejumbrosa?
¿Te sientes gozosa?, ¿o miserable?
¿Estás confiando?, ¿o jugándotela sola?
¿Estás dando?, ¿o ansiando más?
¿Estás encargándote de cumplir tus responsabilidades ante Dios?, ¿o estás buscando tu propio placer?
Decide hoy qué clase de mujer quiere Dios que tú seas. Entonces da los pasos necesarios para convertirte en una mujer que complace a Dios. medita y piensa en estos versículos:

"Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su valor excede mucho a las piedras preciosas. El corazón de su esposo está en ella confiado,
y nada valioso le falta. Ella le da bien y no mal, todos los días de su vida...Se viste de fuerza y dignidad, y sonríe ante el día de mañana. Abre su boca con sabiduría, y su lengua enseña con bondad."
Proverbios 31:10-12, 25-26.


Confía

Deposita toda tu confianza en Dios, y no en tu propia inteligencia. Date cuenta hasta dónde me dejé llevar por mis pensamientos. No te fíes de tus sentimientos, opiniones, o derechos. Confía en Dios y en su Palabra. Aun, este sufrimiento que ha entrado a tu vida, Dios lo ha dispuesto. Acéptalo y avanza apoyada en su fortaleza.
¿Qué tan alentador resulta eso? ¡Qué fundamento tan sólido en el cual se puede permanecer! Confiar en Dios te llevará a obedecer su Palabra. La obediencia a su Palabra te ayudará a ser humilde y a encontrar satisfacción. La mujer rencillosa se habrá esfumado.
La siguiente vez que mi esposo tomó el camino largo a algún lugar, respiré profundo y disfruté el precioso panorama que el camino nos ofrecía -¡un panorama que jamás había notado! Elegí no estar tratando de controlar cada detallito y acepté la libertad de no tomar cada decisión. ¡Qué notable diferencia!

¿Qué te pareció? 

A mí... Impresionante... 

                                   "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; 
no temas ni demayes, 
porque Jehová tu Dios estará contigo
 en dondequiera que vayas."

Es nuestra elección cambiar y apoyarnos en nuestro Padre.

Por eso somos GUERRERAS...,porque batallamos contra muchas situaciones, en todos los ámbitos de nuestra vida, sobre todo en el personal, cómo en este caso, contra nuestros pensamientos, sentimientos, opiniones para poder mejorar nuestra vida y la de nuestra familia. Sólo lo lograremos de la mano... DE JESÚS: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."


Espero que te haya sido de bendición, al igual que lo fue para mi.


Silvia Cristina Añón - Fundadora de LAS GUERRERAS DE JESÚS. Grupo Intercesor del Ministerio Evangelístico: "Asociación Evangelística DIOS HABLA HOY"

06 mayo 2012

Oración por nuestros hijos: LUCHANDO CONTRA EL ENEMIGO PARA QUE SEAN FLECHAS LANZADAS HACIA EL LUGAR SANTO

"Don del Señor son los hijos,
los descendientes son una recompensa.
Como saetas en manos del guerrero,
así son los hijos tenidos en la juventud.
Bienaventurado el hombre 
que llenó su aljaba de ellos..."
Salmo 127:3-5

Los hijos son cartas vivas que quedan como evidencia al futuro, que el pasado ha hecho cierta contribución.
Si alguien sabe el valor de los hijos, esos son quienes los dejamos en la tierra. "Como saetas en manos del guerrero son los hijos habidos en la juventud." dice el rey David.

¿Por qué David compara a los hijos con las flechas? 

Tal vez se deba al potencial de ser lanzados hacia el futuro. Tal vez sea debido a la mina de oro que hay en el corazón de cada niño que es "implantado" en el vientre. O quizás, él esté tratando de decirnos que los niños van donde nosotros, SUS PADRES, los lancemos? ¿Puede ser posible que nosotros, como padres, seamos lo suficientemente responsables como para colocarlos en el arco que acelere sus logros y su bienestar emocional?

Como intercesoras debemos pedirle ayuda a Dios para nuestros hijos. Debemos "permanecer en la brecha" frente al trono de la gracia por ellos hasta que llegue la respuesta.
La oración de las Escrituras con el nombre de la persona dentro del versículo es una poderosa manera de interceder. Debido a que usamos las propias palabras de Dios, oramos según la voluntad de Dios. Esta práctica nos brinda certeza y esperanza al corazón, aumenta nuestra fe al confiar en la promesa divina de que su Palabra no volverá vacía, sino que hará lo que Él desea y cumplirá sus propósitos. (Isaías 55:10-11)

Saber quienes somos en Cristo nos da confianza en los momentos cuando oramos una y otra vez, pero no divisamos respuestas a nuestras oraciones.
Debemos continuar resistiendo a Satanás en el nombre de Jesús y apoyarnos en las promesas de Dios. (Santiago 4:7) Es un privilegio como madres ocupar nuestra posición sacerdotal y poder entrar con osadía ante el trono de Dios e interceder con confianza pidiendo misericordia y ayuda para nuestros hijos. (2ºTimoteo 1:7 y Colosenses 4:2).
Es difícil llegar a entender que nuestras oraciones sean tan importantes para Dios, pero debemos recordar que en Apocalípsis 5:8 dice que nuestras oraciones se guardan en copas de oro. Cada una de nuestras oraciones es guardada y es un dulce incienso para el Señor. No lanzamos nuestras oraciones a la inmensidad del espacio, donde se forman remolinos en el olvido. No, nuestro misericordioso y amante Padre celestial las escucha de inmediato.
Él se conmueve con nuestras oraciones y toma muy en serio todas y cada una de ellas, y las responde. A veces, la respuesta es 'si', otras 'no', y a veces 'espera'. Aún así, Él siempre responde.

Debemos tener un plan de batalla, en el cual lo primero sea la ALABANZA. La alabanza le da gloria a su nombre; nos acerca de forma más íntima al corazón del Padre; nos permite levantar la vista, poniendo la mira en las cosas de arriba; cambia nuestra actitud; trae una percepción de la presencia de Dios; derrota a Satanás; libera el poder de Dios; trae una perspectiva victoriosa; provee paz; nos protege de los espíritus de autocompasión, depresión y desaliento; y produce fortaleza en un corazón ansioso. A través de la alabanza hallamos esperanza en lo que parecen situaciones imposibles.

"Dichosos los que saben aclamarte, Señor,
y caminan a la luz de tu presencia; 
los que todo el día se alegran en tu nombre
y se regocijan en tu justicia."
Salmo 89:15-16

Seguimos con el siguiente paso: la CONFESIÓN. A fin de orar con eficiencia y con poder debemos ser vasos limpios. Durante este momento, pedimos al Espíritu Santo que nos revele cualquier cosa que nos impida tener una relación vital con Jesús y una vida de oración poderosa.

Debemos renunciar al pecado, que es lo que interrumpe nuestra relación con Dios y bloquea
nuestra comunión con Jesucristo; nos priva de una intercesión eficaz; nos roba el poder y el gozo del Cristo. Los desechos de nuestra vida nos mantienen alejados de la entrega total y a menudo nos hallamos secos, inflexibles, sin vida y a veces aletargados, indiferentes y quizás hasta un poco deprimidos. El pecado inconfesado trae vergüenza, degradación propia y una culpa prolongada. (Salmo 32:3-4)
Y cuando esto sucede, Satanás estalla de felicidad. ÉL ES EL ENEMIGO de nuestra alma y hace todo lo posible para separarnos del Amado y mantenernos en un estado en el que no oremos.

Junto con la confesión tenemos que arrepentirnos también. El simple reconocimiento ante Dios de que pecamos, pero sin arrepentimiento, no producirá cambios duraderos.

El tercer paso es la ACCIÓN DE GRACIAS. Fluye con naturalidad de la alabanza a la confesión porque una vez que adoramos a nuestro Dios santo, deseamos asegurarnos que somos rectos a sus ojos. Luego de la confesión, nos sentimos agradecidos por la misericordia de Dios, la que Él extiende hacia nosotros al perdonarnos los pecados.

Durante el tiempo de acción de gracias expresamos el gozo y la gratitud por todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Recordemos que la albanza se centra en lo que ES Dios y la gratitud en lo que HIZO Dios.

Y ahora si...viene la INTERCESIÓN!
Una intercesora no es solo alguien que se pone en la brecha, sino también alguien que toma en serio su autoridad (su posición) en Cristo. Hay que orar con confianza, sabiendo que somos acreedoras por la sangre de Jesús, y que orando en Su nombre atravesaremos la oscuridad y derribaremos fortalezas. Debemos saber quiénes somos y estar seguras de nuestra identidad: redimidas, salvas por gracia y firmes de manera diligente entre nuestros hijos y Dios.

La pelea de rodillas

Una guerra se libra por la mente y el corazón de nuestros hijos. No debemos sentarnos en forma pasiva y permitir que Satanás, llamado el ladrón en Juan 10:10, robe, mate y destruya a nuestros seres queridos. Debemos responder con oraciones de guerra. La batalla que libramos por nuestros hijos es de rodillas. Como dice 1ºPedro 5:8: "Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quien devorar."

La batalla por las almas es intensa y muy real. Dos reinos están involucrados: el reino de las tinieblas, gobernado por Satanás; y el reino de la Luz, gobernado por Jesús.
La guerra no termina cuando nuestros hijos le entregan su vida a Cristo. Satanás no desea que ellos vivan el destino que Dios les tiene preparado; así que debemos permanecer en la lucha a su favor.

Debemos reconocer que la batalla no se da en el plano físico, sino en el espiritual. "Nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra dominadores de este mundo de tinieblas, contra malos espíritus de los aires" nos dice Efesios 6:12. No luchamos contra nuestros esposos, nuestros hijos, nuestras situaciones, etc. (eso es carne y sangre), sino que lo hacemos contra las fuerzas del maligno que están detrás de las personas o de las circunstancias.

Aunque no podemos ver al enemigo, o lo que sucede en el campo espiritual, de todas maneras nuestras oraciones producen turbulencia espiritual. Apenas pronunciamos una oración, Dios obra. Hebreos 1:14 nos informa que hay ángeles asignados a nuestro servicio; y en Daniel 10, se nos dice que la respuesta a la oración de Daniel se retrasó debido a que se opusieron al ángel en una guerra y no pudo traerle la respuesta hasta veintiún días más tarde.

Como estrategia para este plan de batalla debemos recordar que hay que vestirse con la armadura de Dios (Efesios 6:11-18)
Memorizar las partes de la armadura nos ayudará a ponérnosla todos los días. La armadura de Dios es la provisión total y completa para luchar en una guerra espiritual de manera eficaz.
Debemos iniciar el hábito de colocarnos la armadura en oración. Todas las mamás deseamos lo mejor para nuestros hijos, pero la madre sabia se viste con la armadura de Dios. Su armadura nos posibilita entrar en la batalla por nuestros hijos cuando encuentran dificultades y cuando peleamos contra el diablo para guardarlos de los problemas. La Palabra de Dios nos promete la victoria. Por último, el deseo de nuestro corazón es que podamos pelear la buena batalla, con el propósito de ser merecedoras del título: GUERRERA DE JESÚS.

"Señor, ayúdame a ser diligente en ponerme la armadura y que me dé cuenta de que me capacita para tener un tiempo de oración lleno de poder, de modo que me acerque con audacia ante Ti. Cuando me sienta cansada en la batalla, ayúdame a darme cuenta que la victoria es mía gracias a Ti. Que pueda hallar los mecanismos para trasmitirles a mis hijos la importancia de que vistan con toda la armadura. Que nunca olvide que Tú no me diste 'un espíritu de timidez,. sino de poder, de amor y de dominio propio...y que me capacitas para expresar nuestros sentimientos como buen soldado de Jesucristo'. 
En el nombre de Jesús. Amén."

Debemos mantener METAS SANTAS por las cuales comenzar a orar:

- Que Jesús sea formado en nuestros hijos (Gálatas 4:19)

- Que nuestros hijos, que son la descendencia de los justos sean librados del mal. (Proverbios 11:21 y Mateo 6:13)

- Que nuestros hijos sean enseñados por el Señor y su paz sea inmensa. (Isaías 54:13)

- Que ellos aprendan a discernir entre el bien y el mal, y que tengan buena conciencia delante de Dios. (Hebreos 5:14 y 1º Pedro 3:21)

- Que los mandamientos de Dios estén en sus mentes y en sus corazones. (Hebreos 8:10)

- Que sepan escoger compañeros sabios no necios, ni sexualmente inmorales, ni borrachos, ni idólatras, ni difamadores, ni estafadores. (Proverbios 13:20 y 1º Corintios 5:11)

- Que se mantengan sexualmente puros y separados solamente para sus futuros cónyuges (en un mundo que los empuja hacia la falta de valores y responsabilidades), pidiendo a Dios su gracia para que se mantengan en ese compromiso. (Efesios 5:3 y 31-33)

- Que honren a sus padres. (Efesios 6:1-3)

Hay que tener en cuenta los distintos lugares que debemos mantener cubiertos en oración y ser específicas:

- Orar por las amistades. Necesitamos orar por los amigos correctos de nuestros hijos, que el Señor los libre de hombres perversos o malos (2 Tesalonicenses 3:2-3). Siempre bendiciendo y evitando maldecir las amistades: bendecir a las influencias negativas y que puedan llegar a Cristo para la salvación de sus almas (Job 42:10 y Lucas 6:27-28). Pedirle al Señor que hasta que nuestros hijos sean separados de una mala amistad, en el caso de existir, le enseñe la forma de escapar de la atadura que hubiera en dicha relación.

- Orar por los que estén en autoridad sobre ellos: maestros, jefes, etc. (1º Timoteo 2:1-2)

- Orar por los hijos desobedientes. Proclamamos que lo veremos totalmente restaurado  y cantando alabanzas a Jesús. Permanecemos en fe. (Parábolas de Lucas 15)
No te des por vencido. Quizás tú estés esperando a tu hijo pródigo que regrese al hogar. Jesús nos habló de "la necesidad de orar siempre y no desmayar" (Lucas 18:1).
El Antiguo Testamento termina con una profecía asombrosa: 

"He aquí, yo os envío el profeta Elías, 
antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 
Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, 
y el corazón de los hijos hacia los padres, 
no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición." 
Malaquías 4:5-6

Dios puede restaurar a un hijo desobediente, a la relación con su familia, sí es que estamos dispuestos a amar y a perdonar y mantenernos orando.

- Orar por hijos adultos y sus cónyuges. Cuando nuestros hijos son creyentes y especialmente cuando llegan a la adolescencia o a la edad adulta, el enemigo busca la forma de desalentarlos, tentarlos y atraparlos, aún causando que otros hablen mal de ellos. Debido a la maldad de Satanás y sus artimañas sutiles, es importante que oremos por un vallado de protección alrededor de nuestros hijos "fieles".

Nuestra palabras pueden bendecir o maldecir

Las palabras que hablamos pueden ser de bendición o de maldición; para sanar o para herir. La Biblia nos dice: "La muerte y la vida están en poder de la lengua." Proverbios 18:21. La mayoría de los padres tienen muy poco conocimiento del poder espiritual, inherente en las palabras que pronuncian sobre sus hijos, ya sea para bien o para mal. 

A batallar

Es nuestra responsabilidad, si nos consideramos GUERRERAS DE JESÚS luchar en oración   contra las acechanzas del enemigo hacia nuestros hijos, para que logren ser flechas lanzadas hacia el lugar santo y no flechas rotas.
Además debemos orar por las flechas de esta generación, por aquellos que han sido lanzados a las calles, a las drogas y a la perversión, por aquellos que se han partido en la aljaba...

Hermanas, en caso que de necesitar oración, no duden en escribir: 
esmeraldaazul_2006@yahoo.com.ar

Suya en Cristo y orando para que reciban fortaleza en esta gran batalla que tenemos que librar por nuestros hijos, las bendigo: 

Silvia Cristina Añón - Fundadora del grupo intercesor LAS GUERRERAS DE JESÚS


MUJER ERES LIBRE

“Enseñaba Jesús en una sinagoga en sábado, 
y había allí una mujer que desde hacía 18 años
 tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada 
y en ninguna manera se podía enderezar.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:
 Mujer eres libre de tu enfermedad. 
Puso las manos sobre ella, y ella se enderezó al momento 
y glorificaba a Dios.” 
Lucas 13:10-13

La palabra de Dios nos muestra en este relato uno de los milagros de Jesús, dice en el v. 11, que esta mujer tenía un espíritu de enfermedad: analizando esto, la primera cosa que la escritura arroja es que las enfermedades no solo son físicas, sino que tienen raíz en lo espiritual. Dice la Biblia en el libro de Proverbios 17:22, que “el corazón alegre es buena medicina pero el espíritu triste seca los huesos”, así es que, si el corazón es el sitio donde residen las emociones y la alegría y la tristeza, que son algunas de ellas, influyen según este verso para sanar o enfermar; entonces, quiere decir que las enfermedades tienen raíz espiritual, con incidencia emocional y reflejadas en el aspecto físico como es el caso de esta mujer: con alguna anomalía.


Dice también el v. que desde hacía 18 años tenía ese mal, lo que nos lleva a imaginarnos la edad que esta mujer pudo haber tenido: 20, 45, 66 años, en fin, habla del tiempo del mal pero no dice que haya nacido con él, es decir fue creada sana y perfecta pero en algún momento de su vida se enfrentó a una circunstancia que comenzó a deformarla si que ella pudiese hacer nada.


Nos dice, además, el v. que andaba encorvada y en ninguna manera se podía enderezar, tratemos de visualizar por un momento las incapacidades de esta mujer a partir de esta descripción tan explícita de la palabra y comparémosla con la de cualquier mujer de nuestro tiempo, que a pesar de no tener jorobas visibles, también están atadas….y luego discutiremos las similitudes que existen…


1. En primer lugar, tenía incapacidad para ver a los demás a su mismo nivel…así están muchas mujeres hoy en día, pensando y sintiendo menosprecio por sí mismas.


2. Tenía incapacidad para abrazar y ser abrazada…y eso se refleja en lo limitadas que están algunas mujeres para dar y recibir amor.


3. Tenía incapacidad para verse tal cual era por su anomalía…y también las mujeres de hoy en día tienen su autoestima deformada y son incapaces de verse a sí mismas tal como Dios las ha creado.


4. No podía levantar cargas pesadas,….como hoy, hay mujeres incapaces de imponerse retos, víctimas del temor, del miedo al fracaso.


5. No podía tampoco caminar en una dirección fija por su incapacidad para mantener su mirada derecha…lo que podría compararse con la falta de propósito y fe en el futuro, llevadas por las circunstancias y no por sus decisiones.


Con una imagen deteriorada… 
y víctima de su joroba… 
sintiéndose fea… 
no aceptada…
con dolor en su corazón por estar en esa situación… 

¿cuántas mujeres no hay así hoy en día?


¡MUJER, CUÁL ES TU JOROBA…CUÁL ES TU JOROBA!

Esta mujer era hija de Abraham, que era pueblo de Dios, creía en el mismo Dios, oraba al mismo Dios y lo buscaba ... no estaba afuera ...estaba en una sinagoga donde se reunía el pueblo de Dios para aprender de su palabra y adorarle;… sin embargo estaba ATADA.
Satanás la tuvo atada 18 años, quizás oraba al Padre, quizás pensó que no la escuchaba, pero no era Dios el culpable de su tragedia era el enemigo que tenemos todas las mujeres, el que nos hace víctimas del temor, de los recuerdos del pasado, que nos mantiene atadas, porque no le conviene que seamos liberadas porque entonces, comenzaremos a vivir como si nada hubiese ocurrido.


Muchas de nosotras vamos al Padre con temor y desconfianza, pues la palabra “padre” nos recuerda a alguien que nos llenó de terror o que nos maltrató o que nos abandonó o simplemente murió, dejándonos sin respuesta. Para muchas de nosotras, la palabra padre solo nos deja dolor y duda, es por eso que no podemos creer en que Dios tiene la palabra que nos hará libres, la respuesta a nuestra oración o nuestro milagro….pero Él es quien hace las cosas nuevas.


Como dice Isaías 43: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva, pronto saldrá a la luz ¿no la conoceréis?.”
Cuando él habla de cosas nuevas, es porque quiere brindarte una experiencia nueva en Jesucristo.


Fue solo cuando Cristo entró en la escena que esta mujer fue libre…veamos el v.12, dice que “cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer eres libre de tu enfermedad”,


- quizás estaba atrás donde nadie podía verla y aún así Él la vio, la hizo pasar y estar delante de Él, para luego soltar sobre ella la palabra “Eres Libre”.


- Y eso… es lo que Él dice de ti,…ERES LIBRE: te vio, te llamó a través de este mensaje y quiere que le entregues hoy tu joroba…esa área de tu vida que te limita…que te atemoriza,…ese afán y ansiedad que te atrapó… que no te deja caminar hacia lo que Dios tiene para ti.


- Él es el bálsamo que sana todas las heridas…Él es el Libertador por excelencia…dice Juan 8:32 que “conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres”. Él es la verdad, con Él fue que esta mujer tuvo un encuentro y todo cambió; su mente cambió…su corazón se llenó de gratitud, por eso cambió su lenguaje y glorificaba a Dios…cambió su posición, dejó de estar encorvada…dice que se enderezó al momento.


Jesús es el que llama, nos busca….Él fue más allá de los ritos, de la religión, de los tabúes, para llegar hasta esta mujer y aún hasta ti y hacerte libre….y como esa mujer…lo mismo debemos hacer nosotras…dejar atrás el temor, los recuerdos, la falta de fe y CORRER a su encuentro para que nos liberte,…toma para ti esta palabra...MUJER ERES LIBRE.


Cierra tus ojos ahora…y escucha atentamente lo que te dice El Señor:


“Pero tú__________ sierva mía eres; tú________, a quien yo escogí, descendencia de Abraham, mi amigo.
Porque te tomé de los confines de la tierra, de tierras lejanas te llamé y te dije: Mi sierva eres tú, te escogí y no te deseché. No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a los que tienen contienda contigo y no lo hallarás; serán como nada, como cosa que no existe aquellos que te hicieron la guerra. Porque yo soy Jehová tu Dios, quien te sostiene de la mano derecha y te dice: No temas yo te ayudo”.


Abre tus ojos ahora…Tú tienes la última palabra…sabes, todo en la vida es cuestión de decisión…eso que tú decidas… determines… eso, harás


….Toma para ti esta palabra ¡MUJER ERES LIBRE!...corre a Su encuentro, no te quedes como espectadora, detrás...solo viendo lo que le sucede en otras personas…
No sé si es en este momento …o más tarde o esta noche...pero en la quietud de tu alma…en el silencio interior...puedes oír su voz llamándote..Tal vez estás abrumada, confundida…el corazón está acelerado….no tienes palabras para describirlo….


Pero Él…Jesús…te está llamando…Él es más que un amigo….es más que todo lo que tu corazón y mi corazón pueden expresar...Su amor y su gracia nunca fallan...su toque misericordioso siempre sana…EL ES el que puede traer gozo y alegría a nuestra alma.


MUJER, CUÁL ES TU JOROBA…CUÁL ES TU JOROBA
¡¡¡ MUJER ERES LIBRE!!!

T.D.Jakes