02 julio 2012

27 millones de personas viven en esclavitud en el mundo


El informe anual estadounidense sobre el tráfico de personas deja en evidencia que la esclavitud no ha desaparecido en el mundo, a pesar de las declaraciones de abolición firmadas por los diferentes países.
Cerca de 27 millones de personas viven en la esclavitud en todo el mundo, aseguró la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, al presentar el informe el pasado martes.
De los 185 países estudiados en el informe, tan sólo 33 cumplen con las leyes vigentes a nivel internacional para poner en marcha medidas para acabar con el tráfico de personas, tales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Entre los 17 países con menor calificación se encuentran Argelia, Congo, Libia, Corea del Norte y Arabia Saudí. Siria ha pasado recientemente a integrar la lista de países acusados de tráfico de seres humanos. “El gobierno sirio no hace cumplir las medidas para eliminar el tráfico y no hace ningún esfuerzo en esta dirección”, concluye Estados Unidos en su informe.
La lucha continúa
“Estas víctimas de la esclavitud moderna, mujeres y hombres, niñas y niños (…) nos recuerdan el tipo de trato inhumano de que somos capaces como seres humanos”, agregó la secretaria de Estado, al tiempo que subrayó que “el trabajo para erradicar la esclavitud no ha terminado”.
“Los traficantes se aprovechan de las esperanzas y los sueños de quienes buscan una vida mejor», aseguró Clinton, añadiendo que el objetivo debe ser poner las esperanzas y los sueños nuevamente a su alcance.
“Un siglo y medio después de la victoria de la libertad en Estados Unidos, esta libertad sigue siendo difícil de alcanzar para millones de personas”, escribió Clinton en el prefacio del documento.
Algunos avances
El informe anual del Departamento de Estado sobre el tráfico de personas señala, sin embargo, que hay avances en la toma de medidas enérgicas contra este “flagelo”, con más gobiernos que inician procesamientos judiciales, algunos por primera vez, y que instauran sistemas para ayudar a las víctimas.
Los avances en la lucha se han conseguido gracias a los juicios a los que han sido sometidos los traficantes por un número cada vez más creciente de gobiernos.
Más datos
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) anunció el 1 de junio que cerca de 20,9 millones de personas, de los cuales casi una cuarta parte menores de 18 años, se encuentran en una situación de trabajo forzoso como esclavos sexuales o en condiciones laborales inhumanas en todo el mundo, realizando tareas impuestas por la coacción o el engaño.
Sin embargo, según el responsable de la lucha contra la trata de personas en el Departamento de Estado, “otras estimaciones se acercan a los 27 millones de personas”.

Terapia del Perdón ayuda a personas con cáncer


“La falta de perdón” es clasificada como una enfermedad en algunos libros de medicina. Los doctores aseguran que hace enfermar a la gente. Por eso, una nueva“Terapia del perdón” está siendo usada para ayudar a tratar enfermedades como el cáncer.
Jayne Valseca no estaría hoy aquí si no hubiera aprendido a perdonar. Cuando ella y su esposo Eduardo vivían en México, él fue secuestrado y torturado mientras Jayne negociaba su liberación. Ella describe la odisea en su libro, “Tenemos su marido.
“Yo sabía que el estrés estaba afectando a mi sistema inmunológico”.
Tras 8 meses Eduardo fue liberado, pero ahora Jayne tenía que luchar por su vida: “Casi no me sorprendió, pero sí me devastó oír que estaba en la etapa 4 del cáncer de mama”.
Jayne oró por sanidad, aunque los médicos le dieron una sentencia de muerte: “Recopilé información, y en un libro leí del Centro de Tratamientos del Cáncer de América y pensé, wow, esto suena como un lugar fantástico”.
Terapia del perdón
Jayne añadió la Terapia del perdón a su tratamiento de cáncer, con el Dr. Michael Barry, pastor y autor del libro “El Proyecto Perdón”.
“Albergar emociones negativas, la ira y el odio, crea un estado de ansiedad crónica. La ansiedad crónica muy probablemente produce exceso de adrenalina y cortisol, que reducen la producción de las células naturales, que son los soldados de su cuerpo en la lucha contra el cáncer”, comenta el Dr Barry.
La investigación de Barry en gente con cáncer mostró que 61% tenía problemas de perdón. Más de la mitad eran graves como el de Jayne. Ella era consumida por el odio contra los secuestradores de su esposo.
La Terapia del Perdón comienza con descartar tres mitos: perdonar no es reconciliar, no exime el mal comportamiento y no detiene la búsqueda de justicia.
El camino de Jayne al perdón incluyó escribir una carta a sus enemigos, orar por ellos y buscar empatía con ellos: “Vi a los secuestradores como bebés, y los llevé, uno a uno, a un escenario imaginario que yo cree, pasando por las cosas que probablemente habrían vivido, para llegar a donde llegaron, para hacer lo que lo hacen, y lo que me hicieron a mí y a mi familia. Entonces tuve una sensación de alivio, como si un montón de ladrillos, se quitaran al instante de mis hombros”.
“Cuando alguien perdona de corazón, que es la regla de oro de Mateo 18, encontramos que es capaz de hallar un sentido de paz. A menudo los pacientes se refieren a esto como una sensación de ligereza. No nos damos cuenta la carga de ira y odio que llevamos hasta que la soltamos”, agrega Barry.
Falta de perdón enferma a la gente
En la literatura médica, la falta de perdón es clasificada como una enfermedad, definida como “proceso que supera las funciones normales”. El cirujano Steven Standiford del Centro de Tratamientos de Cáncer de América lo pone así: la falta de perdón enferma a la gente y los mantiene enfermos.
“Es importante tratar heridas emocionales o trastornos pues pueden impedir la reacción de una persona al tratamiento, incluso la voluntad de seguir el tratamiento”.
Si usted se pregunta por Eduardo, bueno, él siempre tuvo una actitud positiva: “No puedo hacer nada con mi mente pensando negativamente o pensando en todas las cosas malas que me hicieron”.
Eduardo, Jayne y el doctor Barry compartieron el escenario con el presidente Obama. Ellos fueron homenajeados en el Desayuno de Oración Hispano por ser testimonio vivo del poder del perdón.