05 junio 2012

La magnitud de la lucha


Toda la cristiandad debería estar luchando espiritualmente contra el creciente temor y alarma de las ondas sucesivas del mal que han infiltrado la sociedad mundial. Los fundamentos de la moral están siendo minados y diluidos; las influencias de los nuevos estilos de vida, que hoy están dominando este mundo; están siendo popularizadas por hombres de bajos instintos apoyados por la sociedad corrupta. Pero no hay duda que la autoridad de Dios interviene desde lo alto con el castigo del mal y el premio del bien. Pero cuando los hombres de abajo toman el control, podemos estar seguros que el diablo está metido en medio de todo esto. Por lo tanto, la indulgencia y la ética de situación que han adoptado muchos “cristianos” han borrado los temas de controversia, han debilitado el poder de discernir el bien del mal que se encuentra bajo el camuflaje de tergiversaciones, y entonces han debilitado la voluntad de resistir de los que profesan ser cristianos. La apostasía creciente, con los famosos apóstoles y profetas, las sectas religiosas falsas y los herejes están multiplicándose y ganando poder; sumado a eso las drogas que aniquilan la mente han cautivado a muchos de está y de la anterior generación y lo hará sin duda con las siguientes. Los ataques del enemigo han hecho estragos en todas las áreas de la vida corporativa: La familia, el sistema educacional, el sistema jurídico, y aun la iglesia. La regla que hoy se sigue generalmente es transar, negociar o apartarse de las normas morales fijadas por Dios en Su Palabra.

Lo que todo esto nos muestra es que: “Los principados y potestades en las regiones celestes” han alistado sus filas invisibles y han montado su “caballo de Troya”, el cual han logrado infiltrar en la sociedad, y han abierto las puertas para que el “diluvio de mal” se apodere de todo…

Por eso, es crítico recordar que la Biblia nos ha alertado acerca de la posibilidad de que se establezcan poderes malignos sobrenaturales en las culturas locales y que controlen la vida y las costumbres de los que ahí viven. Por ejemplo al mensajero de la iglesia en Pérgamo se le recuerda que desgraciadamente mora “donde está el trono de Satanás”. La enseñanza obvia de esta gran verdad es que la infiltración de Satanás ha alcanzado su culminación en el establecimiento de controlar los estilos de vida, creencias, y la moral de los habitantes de la tierra, no en vano la Biblia nos dice que este mundo es el centro de operaciones de Satanás (Efesios 2:2), desde el cual el dirige los poderes de las tinieblas en su oposición a los propósitos de la gracia de Dios.

Las preguntas nuevamente surgen en nuestra mente: ¿Cómo ejercen su influencia sobre la sociedad estos poderes espirituales? ¿Por dónde entran? ¿Tienen algún plan de operaciones que nos ayudaría a identificarlos? ¿Qué podemos o debemos hacer para controlar y evitar su intromisión? Ya que Dios es soberano y omnipotente, ¿no nos corresponde a nosotros dejarle a Él encargarse de estos poderes sobrenaturales cuándo y cómo le plazca?

La Biblia debe tener respuestas a estas preguntas, y las tiene. Pero el hecho aterrador de un mundo hostil de espíritus malignos y maliciosos paraliza a muchos cristianos y los hace inoperantes y reacios a buscar respuestas bíblicas y aplicarlas. Edith Schaeffer dice que “hay sordera, ceguera, falta de sensibilidad entre muchos cristianos, porque rehúsan reconocer la guerra en la cual están comprometidos. Están permitiendo que el enemigo ataque y logre victorias sin resistencia”.

En la Biblia hay muchas indicaciones claras de los motivos y métodos de Satanás, si sólo pudiéramos tomarlas en cuenta. Por ejemplo él es el engañador, adversario, acusador, el padre de la mentira, y un asesino desde el principio. Su propósito central es derrocar a Dios de Su trono y de las mentes de los hombres y ocupar ese trono él mismo. Para hacer esto, logró una temprana victoria en nuestro antepasado Adán.

Habiendo ganado a Adán para su lado, su lucha es mantener su ventaja sobre la humanidad. Para lograr esto, tiene sus centrales de control manejadas por líderes naturales que quieren moldear y configurar la historia según sus ideales; y en las comunidades más pequeñas por los brujos, y líderes de las sectas falsas y herejes. Lo más triste de todo esto es; que muchos que los cristianos de hoy consideran como “siervos de Dios”, no son más que emisarios de Satanás vestidos como ángeles de luz, recuerde que ángel significa mensajero:

Porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, pues aun Satanás se disfraza como ángel de luz. Por tanto, no es de sorprender que sus servidores también se disfracen como servidores de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

2Co 11:13-15

Por eso lo que estamos viendo hoy es el sacrificio de la verdad siendo cambiada por “fabulas y mitos cristianos”. Satanás se da cuenta que el tiempo está fuera de su control, y que se le está acabando. Esto acrecienta su furia, especialmente al darse cuenta cuán limitado es su éxito en reunir y unir a las naciones; pero finalmente lo logrará; pero hasta que eso ocurra parece tener más éxito en dividir a los cristianos que en unir a su propio bando.

Me parece que la mezcla de lealtades entre las naciones de las alianzas malvadas del mundo es una evidencia de la obra de Dios para esparcir y confundir los elementos rebeldes como lo hizo en la Torre de Babel. Esto es en sí mismo es una razón para que oremos por “los reyes y los que están en eminencia”, deberíamos ver estas cosas si estuviéramos velando y orando. No nos percatamos de ellas porque limitamos nuestra vida a los intereses de este mundo; ignorando que la Biblia nos advierte que este mundo está en control del Diablo y desatendemos nuestras responsabilidades en los cielos. Tenemos el punto de vista del hombre, en vez de comunicarnos amplia y profundamente con el Señor para captar el punto de vista del Señor. ¿No debiéramos alentarnos mutuamente para obtener la perspectiva de Dios en nuestras oraciones?

Vemos guerras y rumores de guerras, inestabilidad política y económica, limitaciones de visas a misioneros en algunos países, y todo tipo de obstáculo que salen al paso de la Iglesia para impedir que cumpla su misión. Y, ¿cómo reaccionamos ante estas cosas? ¿Acudimos a la oración?, me parece que no estamos orando verdaderamente, la oración se ha vuelto obsoleta, hoy priman el proclámalo y recíbelo, como si Dios fuera el sirviente de nuestros intereses y de quienes dicen tener las llaves para mover su mano. Por lo tanto, nuestras oraciones, como las órdenes del Rey Canuto a las olas en cuanto a no avanzar por la playa, no logran nada.

La omnipotencia de Dios no quita las barreras hasta que el creyente toma la iniciativa y se afianza en su lugar en las regiones celestes para enfrentar los poderes del mal que son directamente la causa de los problemas a nivel terrenal, y los resiste en el nombre del Vencedor del Calvario. Vemos un ejemplo de esto muy claro en la vida del apóstol Pablo; ¿Qué hace Pablo en la situación atemorizadora de Éfeso? Se junta con Gayo y Aristarco, o quien esté a mano, y juntos toman su posición en Cristo en las regiones celestes, luchan contra y se oponen a los poderes del mal que están manipulando los títeres en las calles…
Inmediatamente hay un cambio en la situación. Imbuidos del poder del Señor y en la fuerza de Su poder y revestidos con la armadura celestial, obligan a Satanás a ceder terreno, y el oficial público hace callar el tumulto del populacho.

Tal resistencia a los poderes sobrenaturales no se hace con orgullo o presunción, sino con humildad, como debe ser con los que se dan cuenta que no tienen poder en sí mismos y que le deben todo a la gracia y poder de Dios. El ejercicio de esta lucha espiritual no es un llamado a la publicidad de uno mismo, como algunos quisieran hacerlo.

Es la función ordenada para los que están en Cristo y, creo que debemos agregar, de los que están llenos del Espíritu Santo. Dios no comisiona a hombres no llenos del Espíritu para pelear Sus batallas. Pablo estaba lleno del Espíritu Santo cuando enfrentó a Elimas el mago y desenmascaró el ataque del diablo, y lo derrotó (Hechos 13:9).

No debe pasarse por alto que el mandato a ser llenos del Espíritu está en el contexto del andar cristiano sobre la tierra y su contienda en las regiones celestes. (Efesios 5)

Fuente: Cristianismo Histórico

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